LEON
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PARAMÉDICOS NO PUEDEN ATENDER A BALEADOS, HASTA QUE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD LO PERMITAN

LEÓN, GTO.- Ninguna unidad ni personal de Cruz Roja Mexicana podrá acercarse a la zona del incidente (balacera o ejecución de persona) si esta no ha sido asegurada por las fuerzas de seguridad. 

Así lo establece el punto cinco de  “Protocolos Básicos para un Acceso más Seguro” de la Cruz Roja Mexicana. 

Es decir, las personas que no hayan muerto tras un ataque con armas de fuego, no podrán tener primeros auxilios hasta que las autoridades encargadas de la seguridad pública lo decidan. 

Esta precisión en el actuar de los paramédicos surge luego de que el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) los culpara de la muerte de uno de sus militantes ocurrida el 29 de julio en Salamanca.

Según el testimonio del padre de la víctima, los paramédicos ofrecieron una vacía disculpa por la demora bajo el argumento de que “tienen órdenes de no arribar al lugar del crimen hasta cumplirse una hora del suceso”.

Ante esta situación Morena hizo también responsable de la muerte de Carlos Ulises Salazar Salazar, de 22 años de edad, al Mando Único, al Secretario de Seguridad, Álvar Cabeza de Vaca y al gobernador Miguel Márquez Márquez.

Para conocer los protocolos de seguridad de los paramédicos, este medio buscó al delegado de la Cruz Roja en Guanajuato, Guillermo Franco Ciurana, pero no dio la cara.

Tampoco prestó su voz para defender a sus paramédicos de los señalamientos de Morena, en torno al caso de Carlos Ulises Salazar Salazar, el joven militante de Morena de 22 años asesinado.  

Y es que los “Protocolos Básicos para un Acceso más Seguro” de la Cruz Roja establecen “No emprender acción algunas sin tomar las precauciones necesarias para garantizar la seguridad del personal en las operaciones de socorros y de emergencia”. 

EL CASO DE CARLOS ULISES, SEGÚN MORENA 

El pasado 29 de Julio Carlos Ulises salió a buscar a su hermano Víctor Gabriel, quien había salido a las calles de Salamanca a dar un paseo en bicicleta.

Carlos Ulises se encontraba en la espera de ver a su hermano, en la esquina de las calles Abasolo e Independencia, cuando una serie de detonaciones de arma de fuego lo alcanzaron.

Las balas expansivas perforaron su cuerpo. La sangre emanaba de sus heridas de manera incontrolable, mientras la gente a su alrededor le suplicaba que no se durmiera, que mantuviera los ojos abiertos.

Así pasaron los minutos, como a cuenta gotas, hasta que en conjunto sumaron más de media hora: 60 minutos, aseguran quienes vivieron la trágica escena. Los paramédicos, no llegaron a tiempo.

Víctor Gabriel, su hermano, también fue alcanzado por las balas.

A diferencia de su hermano, sobrevivió, pero con severas lesiones en músculos y tendones de sus extremidades.

Según el testimonio del padre de la víctima, los paramédicos ofrecieron una vacía disculpa por la demora bajo el argumento de que “tienen órdenes de no arribar al lugar del crimen hasta cumplirse una hora del suceso”.

Guillermo Franco Ciurana, delegado de la Cruz Roja en Guanajuato.

 

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