FAIRFIELD.- Autoridades estadounidenses rescataron a 10 niños de un deprorable cuarto de California donde descubrieron que sufrían inhumanos actos de abuso como heridas con objetos punzantes, golpes , hematomas y lesiones causado con pistolas de postas.
Sharon Henry, vicefiscal de distrito del condado de Solano, dijo que estaba “horrorizada” por las declaraciones de los niños y que la tortura se llevó a cabo en la casa “con fines sádicos”.
“Literalmente te rompe el corazón, y te indignas cómo un padre o alguien puede cometer esos actos”, dijo Henry después.
Jonathan Allen, de 29 años, el padre de los niños, se declaró inocente de siete cargos de tortura y nueve cargos de abuso infantil. Está detenido bajo una fianza de 5.2 millones de dólares.
La policía de Fairfield dijo el lunes que los 10 niños, de 4 meses a 12 años, habían sido retirados de su hogar el 31 de marzo después de que su madre, Ina Rogers, de 30 años, informara que su hijo mayor había desaparecido.
Luego tras el reporte de la desaparición, la policía encontró a todos en condiciones inhumanas e insalubres en la casa compartida por Rogers y Allen, dijo el teniente de policía Greg Hurlbut.
“Los oficiales encontraron condiciones de vida horripilantes, como basura y comida en mal estado en el suelo, heces de animales y humanos y una gran cantidad de escombros que hacen que las áreas de la casa sean intransitables”, dijo.
La madre, Ina Rogers fue arrestada y liberada luego de pagar una fianza de 10 mil doláres el 9 de abril.
El lunes le dio a los periodistas una visita a su casa, negando que su esposo hubiera abusado de los niños. Ella dijo que siente que la juzgan por tener tantos hijos y por dejarlos en el hogar.
Los niños no requirieron atención médica cuando fueron rescatados pero las historias sobre abuso salieron gradualmente durante las últimas seis semanas y ocho de los niños contaron a profesionales sobre incidentes que datan de hace varios años, dijeron las autoridades.
Rogers dijo a los reporteros que está sorprendida de que la policía haya formulado las acusaciones más graves contra su esposo, ya que él no era el responsable de la disciplina de la familia.
“No hay huesos rotos, no hay cicatrices importantes, nada”, dijo Rogers a los periodistas frente a su casa. “A mis hijos los golpean, los lastiman y los rasguñan porque son niños, pero eso es todo”.