BATMAN V SUPERMAN: EL AMANECER DE LA JUSTICIA.
DC Comics es la otra empresa grande del mundo del cómic, quizás el impacto que tenga entre las nuevas generaciones no sea tan grande si se compara con su competencia (aunque en medidas exactas no se llevan mucha diferencia), sobre todo si tomamos en cuenta que la empresa – o por lo menos sus personajes- fueron enormes durante casi 5 décadas. Lo que ha logrado la otrora casa de las ideas es generar la idea de un universo compartido de sus franquicias y con ello el interés y dinero asegurado de una audiencia ferviente.
Era natural que DC intentara hacer lo suyo, después de todo tienen los recursos y obviamente esto genera dinero… y yo lo esperaba con ansias, porque si algo puedo decir es que, a pesar de que lea cómics de cualquier editorial, tengo una afinidad sentimental hacia los personajes de esta compañía.
Superman, Batman, Wonder Woman, Dr. Fate, Hawkman, Green Lantern, Doom Patrol, Hitman, Etrigan, The Spectre, Phantom Stranger, Orion, Flash, Lobo, Jonah Hex… la lista es eterna pero DC era la compañía a la que a primera instancia le dedicaba mi dinero por esos personajes, esas historias, y esos diseños que me hacían soñar e inspirarme a incluso crear historias. Superman (1978) es a mi parecer una de las mejores películas del género -también tiene el honor de ser la película a la que más le haya escrito reseñas y opiniones- y la espera eterna de tener al Batman de la serie de televisión en formato casero llegó a su fin en un momento en el que nadie más celebró, entre otras cosas que me hacen decir que sí: adoro DC.
No podría decir que es la mejor empresa de cómics porque, seamos honestos: ninguna es perfecta. La afinidad hacia una compañía se define por el impacto que tuvo en tu vida y precisamente por ello yo quería -y quiero- ver un universo construido con los personajes que yo amo.
Desgraciadamente, DC ha tenido la desdicha de tener elecciones poco agraciadas para formular este mundo. Y les puedo decir con seguridad ni pena ajena que Batman v Superman es tristemente mala; ha sido la película que más veces he visto en el año, todo en un afán de buscar elementos satisfactorios y cada vez que la he visto me decepciona más. Fue tal mi sensación que sentí innecesario en el momento escribir una reseña.
Pero ha llegado la “edición del director”, y creo que es una oportunidad de ver de nuevo la película y escribir al respecto ¿Por qué? Pues si le damos el beneficio de la duda a otros directores con sus versiones “auténticas” ¿Por qué no? Además me llamaba de manera morbosa el repentino agrado de la gente que mencionaba que gracias a esa versión, la película era una obra maestra.
Frase de gente que no suele medir sus palabras porque en realidad 30 minutos no vienen a resolver todos los problemas que BvS tiene.
Todos sabemos la trama: BvS transcurre tiempo después de El hombre de acero (2013) en donde el mundo conoció a Superman (Henry Cavill) y con ello una ola de destrucción que no sólo azotó a Metropolis, sino a Ciudad Gótica, hogar de Bruce Wayne (Ben Affleck), quien queda en medio del caos de la pelea kriptoniana y ve con miedo y furia al último hijo de Krypton. Es por ello que Batman -quien OBVIAMENTE ES Bruce Wayne y si no lo sabías, lamento arruinarte la revelación- comienza a actuar de manera más violenta, llegando a matar y a dejar marcados a los criminales -clara referencia a El Fantasma– para que estos terminen muertos en la cárcel por culpa de otros prisioneros. Superman/Clark Kent comienza a indagar y a estar en contra de este vigilante mientras sufre el rechazo de la sociedad ya que Superman es acusado de asesinar gente y de tomar justicia por su propia cuenta. Y todo esto se resuelve para culminar en una pelea a muerte entre los dos personajes orquestada por Lex Luthor (Jesse Eisenberg), quien ahora conoce la tecnología kriptoniana y está dispuesto a crear una aberración para… pues supongo tener un plan en caso de que Superman falle.
¿Por dónde empezar?
En primera Zack Snyder no es el indicado para dirigir algo tan importante, o no hasta que pueda pulirse.
No es el peor director del mundo y ciertamente tiene una pasión por los cómics, pero en donde falla su pasión es en comprenderlos. Zack Snyder se guía por lo visual y no falla en eso (la secuencia del inicio a pesar de haberla visto un sinnúmero de veces es casi poética y un “highlight”), pero no comprende las razones de ser de cada personaje involucrado, así como sus motivaciones, por lo que terminan siendo tan similares y es algo que no quieres tener en una película que representa dos bandos. Encima de eso no respeta mitologías teniendo una clara inclinación hacia la mitología de Batman inspirada por las obras de Frank Miller que, seamos honestos… The Dark Knight Returns es un cómic importante en la industria y uno excelente, pero hay una clara ideología política extremista tanto en Batman como en Superman en la trama, así como una preferencia para el que se viste de murciélago ya que Superman tiene una ausencia de la inteligencia que tiene como poder, no es la versión definitiva de personajes que han estado presentes en el medio por más de 70 años.
Con ello se da el lujo de desperdiciar personajes de de Superman, lo cual es un insulto, porque usar a Jimmy Olsen en una miserable secuencia -siendo que el personaje es de los más carismáticos por su relación con Superman– con la excusa de que no pudiste ponerlo en la historia deja clara las prioridades de Snyder, y usar a Doomsday, a tan temprana etapa de la Liga de la Justicia raya en lo estúpido ¿Cómo es posible que uses a un personaje que es conocido por matar a Superman en su segunda película? esto ya no hace que exista una tensión por saber el destino del último hijo de Kripton, porque sí… la película no tiene la PACIENCIA de dejarlo muerto siquiera una entrega.
Y es que la película intenta, esa es la palabra clave: intentar.
Hay elementos ideológicos espolvoreados a través de toda la película como: el extremismo de Batman reflejado en guiños a Watchmen, la figura Arturiana en los dos personajes (Batman siendo un personaje autoritario por encima de todos y Superman realizando el último sacrificio cual batalla contra Mordred), pero no dejan de ser eso, referencias, no temas que la película explore en el argumento: están ahí para hacer sentir que la película intenta más allá de ser una película de superhéroes. Cada que la película lo requiere, se detiene para platicarnos de teología y la complejidad divina que representa Superman, de la importancia de la filosofía que pretende tener, pero estos temas no están adheridos de manera cohesiva en la trama.
Te quedas pensando por qué en primer lugar decidió hacer una película del último hijo de Krypton si lo único que entiende de este es que es una figura mesiánica, figura que en el mundo del cine se gana de dos formas: siendo algo sutil, y logrando que los demás temas que tengas vayan de mano con una buena película.
Y también piensas en por qué Warner Brothers decidiera contratarlo para su franquicia más importante (ya que no es la única película que piensa dirigir del universo cinematográfico). Recordemos que Snyder en algún momento de una entrevista dijo que en su versión de Batman Inicia no hubiese dudado en hacer que a Bruce Wayne lo violaran en prisión, porque eso es “oscuro”… y no se trata de eso. No se trata de poner elementos oscuros sólo por que sí, tienen que llevar un planteamiento y unas consecuencias, un posible cambio que se supone debería de pasar en los personajes, entender las razones de ser superhéroes y progresar.
Lo segundo proviene de un pésimo guión co- escrito por David S. Goyer y Chris Terrio (guionista de confianza de Ben Affleck). Carente de humor (a menos que sea involuntario, porque Lex se luce en este terreno)… y antes de que reclamen esto, no estoy diciendo que la película tenga que soltar chistes a diestra y siniestra, sino que a través de su seriedad y lo que intenta plasmar de manera ideológica termina alterando personajes que de nuevo, no contrastan uno con el otro. El pecado más grande resulta en que Superman no es un símbolo de esperanza natural.
Y luego tienes el insulto que representan los cameos…. Dios mío. Aquí la película muere totalmente, más que morir la película, es la muerte de la industria, porque en vez de analizar en qué punto podrían poner un “easter egg” para beneplácito de la audiencia, esta decide usar el truco tan barato y novedoso -porque NUNCA se había sido tan descarado- de ponernos detrás de un monitor en dos ocasiones para presenciar el nacimiento de la liga de la justicia, rompen un ritmo que de por sí es bastante frágil y son más que un kitt de prensa que algo que de verdad emocione. BvS logra que las audiencias defiendan lo mediocre con estas inclusiones.
Henry Cavill tiene el porte de Superman, pero casi ni habla, aquí hay un Superman confundido porque no tiene una identidad y eso es triste porque de verdad tiene potencial, ya que al menos en la entrega anterior se veía confiado en usar el traje y aprender a no descuidar la vida huana. Ben Affleck, es raro. Raro porque las primeras veces que vi la película no me parecía mala su actuación como Bruce Wayne, pero ahora que lo veo resulta tan desinteresado, como si todo el tiempo estuviese ebrio, dice sus frases con un tedio en su rostro que probablemente se debía con los choques entre él y Snyder; y sufre de lo mismo que Superman, porque cuando está enfundado en su traje, es el Batman de carne y hueso más imponente de la historia, incluso llega a generar incomodidad por ser un animal violento no sólo entre los criminales, sino en los habitantes de la ciudad que resguarda. La inclusión que más estaba esperando era la de Gal Gadot como Wonder Woman y… para lo que sale, es servicial; no me daba mucha confianza considerando el físico de la actriz pero de verdad que se luce en sus escenas de acción, incluso llegando a ser más útil que los otros dos tipos que deciden darse en la madre sin alguna razón coherente.
Pero todo esto se va aún más a la mierda con la inclusión de Jesse Eisenberg como Lex Luthor. Debe de ser uno de los errores de casting más grandes que yo haya visto en mi vida, a la par de poner a Denise Richards como una científica nuclear. En vez de respetar al personaje, Eisenberg mete a la licuadora a todas las interacciones del Guasón de Batman (probablemente porque WB piensa que este villano es el único que puede existir en su mundo), a Tommy Wiseau, y la filosofía de un adolescente que acaba de descubrir lo que significa ser un ateo. No sé si la intención era la de hacer una crítica social o sentirse imponentes con semejante personaje, pero genera risa involuntaria, con todo y sus planes que involucran orina.
Hans Zimmer no es de mis compositores favoritos. Sé que puede llegar a ser bueno cuando se lo propone, pero aquí es el caso de plagio más obsceno que haya hecho. El tema de Batman es increíblemente similar al tema de Gollum que hizo Howard Shore en la saga del señor de los anillos, el tema de Wonder Woman es extremadamente molesto (como si la intención fuese la de generar que el público extasiado y lleno de espuma en la boca gritara cada que se usara), y ¿Superman? pues tiene el mismo que el de la pasada, es decir: percusiones como si se tratara de un gorila salvaje. Y luego decide colaborar con Junkie XL -recién salido de su sonido en Mad Max: Fury Road- el cual decide poner sintetizadores y gritos en medio de la música. En pocas palabras: no es disfrutable. Lo peor de todo es que todos estos elementos demuestran que en la saga de Nolan el que realmente componía era James Newton Howard y de que esto se va a tirar a la basura para las posteriores películas, porque Zimmer no piensa volver a componer para películas de superhéroes, y como en estos tiempos ya no existe la noción del leit motif en los personajes, otro compositor tendrá la libertad de buscarle temas a los personajes.
La versión del director tiene un elemento que por lo menos se le agradece. Y es la inclusión de Clark Kent en la historia; gracias a las escenas que se incluyen vemos cómo investiga poco a poco el modus operandi de Batman, además de entrevistar a personas que radican en Ciudad Gótica. Es por ello que las escenas en donde Perry le reclama su falta de compromiso ante los reportajes que le puso a hacer y su aparición en la persecución del Batimóvil ya no se sienten incoherentes. Se agradece que Clark comience a tener más personalidad.
Fuera de eso, todo lo demás es innecesario o realmente no aporta mucho. Porque lo que logran en vez de dejar tranquilo a uno, es generar más dudas respecto al argumento.
Vemos el plan de Luthor para inculpar a Superman en donde la gente termina quemada tras recibir una balacera, pero ¿No estaban espiando la localización de Lois Lane y de Jimmy Olsen? Reciben señales térmicas y con ello ¿no pudieron observar cómo quemaban gente. De la misma manera de que el combustible usado para quemar cadáveres debe de ser maravilloso ya que no dejó rastro alguno de olor ni de compuesto químico para asociarlo a la visión calorífica de Superman.
El hecho de que Clark Kent indague sobre Batman se agradece, pero si le molesta el hecho de que este “héroe” mate a diestra y siniestra sin llevar un código de honor ¿Por qué permite la persecución del Batimóvil en donde Batman termina matando más gente? Bien lo pudo haber detenido desde antes para así evitar tanta masacre, y esto proviene de un momento en donde Batman pone un localizador a un camión para saber a dónde se irá para terminar atacándolo por… razones.
Batman y su cambio de ideal gracias a la revelación de la madre de Superman –momento que no me parece ridículo, pero creo que, como toda la película, se pudo haber ideado de una manera más dramática- no sirve de nada porque no valora la vida humana y termina matando más criminales en su secuencia de acción; unos de manera accidental, otros de inmediato, y en un momento extra con saña.
Y entra la duda de por qué Snyder en su “versión del director” no decidió quitar ciertos elementos que son innecesarios y son claras ideas de parte del estudio que no sabe cómo promocionar sus próximos proyectos.
BvS es un revolvedero de buenas ideas con pésimas decisiones. Se puede rescatar el diseño de producción, la fotografía que es una mejora a la de la película anterior, el vestuario, algo del cast y las excelentes escenas de acción que hacen que el tan mentado combate del siglo valga la pena (sólo no cuestiones el por qué Superman de pronto no tenga sus poderes y del por qué Batman quiere demostrar que él está en lo correcto como niño berrinchudo). Pero es la decisión del director, y en un nivel más penoso el del estudio que le ha afectado a la película, que pone a tambalear el planteamiento de un universo compartido y por lo cual de seguro rodarán cabezas.
Odie la película, más allá del concepto de si es buena o mala, siento que esto ya raya de una manera personal. Porque yo prefiero mil veces el encuentro de los dos superhéroes más importantes del mundo en una película donde si bien pueden pelear, se comprendan y generen empatía; Superman es un extraterrestre que llega a la tierra y decide protegernos además de querer aprender a ser humano, algo que aprecia Batman porque fácilmente podría dominar el planeta entero. Y Batman es un superhumano por derecho propio, uno que ha dedicado su físico y mentalidad para evitar que existan tragedias como la que lo creo, Superman ve en eso una labor de honor que nadie más está dispuesto a tener y por ello le respeta. Son los mejores del mundo, y estoy seguro que ese planteamiento es más interesante, a simplemente ver a los dos personajes golpearse como si fueran las figuras de acción de un niño.
Pero hey, si te gustó, adelante, no todos debemos tener la misma idea y aquí plasmé la mía, una que me ha estado aquejando todo el maldito año.