LEON
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INICIA EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE LEÓN.

Ayer, la meta se cumplió, y dio por arrancado el festival internacional de cine de León, o por sus siglas el FICL. Es una labor de años por parte de Cesáreo Rangel Cabrera que al fin se cumple, y se genera con ello una expectativa frente al futuro del festival.

Recordemos que León no ha tenido un festival que tenga el título de Internacional en el ámbito de cine, la pregunta es ¿por qué? se apostaría todo a la idea de que en la ciudad no se tiene una cultura cinematográfica o es muy contada, o por los impedimentos económicos de un festival de dicha magnitud… es un misterio.

El punto es que tenemos festival de cine, y ayer fue la inauguración, sin largometraje, pero hubo una inauguración en nuestro teatro María Griever donde se dejaron claras varias cosas.

El evento que era tras el término de la alfombra roja de donde desfilaron varias celebridades -entre ellas Sara Hoch, la cual está con la idea de apoyar el festival, nada de peleas entre este y el giff- estaba previsto a las 8 de la noche. Fue a partir de esta hora donde se aplaudió el esfuerzo de los realizadores y tomó palabra Cesáreo.

Cesáreo comentó que “la comezón” de hacer un festival de cine en la ciudad comenzó hace 5 años aproximadamente, tras dar clases de cine en el departamento de Artes Visuales de la Universidad de Gto, y tras atestiguar los eventos que suscitan en la capital de la cultura -y otros dirán de la ebriedad, pero es otra historia- fue que se le ocurrió: “León requiere un festival, lo merece”.

Recordó como contó la idea a Luis Castrejón y a Víctor Marín, director del ICL y miembro del comité del extinto programa “Cine en tu barrio”. Claro que la idea de hacer este proyecto no sería fácil, y llevaría el caso de muchas puertas cerradas, la negatividad de un gobierno ante la idea llevaron a Cesáreo, a considerar la idea de realizar el festival bajo la iniciativa privada.

Después de que Cesáreo diese unas palabras sobre la concepción del festival, tocó a Luis Felipe Tovar; el actor reiteró su predilección por la ciudad “Siempre que vengo a León me siento consentido” mencionó el célebre actor Poblano; recalcó que el festival es herencia directa del que supervisa Sara, y le felicitó “a pesar de no ser mexicana, eres mexicana como pocas” en base al apoyo de la industria que aporta el festival de Guanajuato año con año.

Tras mucha plática y el público un poco ansioso, por fin hubo algo de material audiovisual para que se pudiera atestiguar en el teatro; este vino de la mano de Jaime Jiménez Pons, actor y ocasionalmente productor y director. El hombre subió al escenario y comentó de la facilidad de presentar actores en la puesta de escena, y dando detalles del proyecto que íbamos a presenciar, proyecto que se hizo en un sólo día, sin presupuesto, ni guión, ni actores. Agradeció con antelación el trabajo de Toñito, un niño que vestido de charro llamaba la atención desde su llegada a la alfombra roja, y es este mismo niño el que le da el título al cortometraje que de inmediato de reprodujo.

Ahora… esto es difícil de describir.

El cortometraje a falta de otras palabras fue horrendo. Inicia con un supuesto comercial a una empresa que se preocupa por la gente, me fue inevitable recordar el trabajo de Verhoeven en Robocop, donde vemos comerciales que se mezclan con la película que estás presenciando, claro que esto no era el caso, y la transición surge de manera extraña. Seguimos la historia de un profesor -interpretado por el mismo Cesáreo- quien enseña música en una comunidad, de donde conocemos a Juanito, un muchacho con la afinidad por la guitarra y el canto, y su eterno némesis -de quien no recuerdo haber escuchado su nombre-. Y luego de alguna extraña forma ¿el grupo decide llevarse a Juanito a recolectar dinero por diferentes ciudades? uno pensaría que se trataba de un comercial tanto de San Miguel de Allende como de Guanajuato, y en efecto, es intención era muy notoria. Pero fuera de eso, había extrañas decisiones en cuanto a su realización, como el uso de dos cámaras de diferente calidad que dejaban un efecto incoherente en la imagen, tomas que duraban demasiado, el uso de textos para dar a entender a la audiencia cosas que no vimos explícitas en la duración de la trama.

Y unas actuaciones, que bueno, no existían. La audiencia no sabía si reír o mantener la cordura ante semejante material, y así duró por cerca de 18 minutos. Es algo muy extraño tomando en cuenta la gente que está  detrás del material, gente que asumo tiene preparación y podrían presentar algo capaz. Obviamente está la cuestión de los días, pero he visto material bien realizado -y obvio con fallas- entre estudiantes y participantes de concursos de 24 horas.

Al término, la gente emitió un aplauso que bien pudo ser obligatorio o quizás por el agrado a “Toñito” -uno nunca sabe-. Yo no supe qué hacer.

Ojo, con esto no le declaro ruina al FICL, solamente me parece muy extraña la decisión de este material, e incluirla en el primer día, en la ceremonia de gala, aquel material que debería hacer que la gente sintiera que el festival va viento en popa y que valdría la pena el esfuerzo. El material que aparte se va a mostrar en casi todas las funciones del evento, y constatando la calidad de este, no queda más que esperar que lo que siga sea algo de buen ver.

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