DE CABALLOS Y HOMBRES.
En ocasiones, me gusta ir al cine sin saber cosa alguna sobre lo que iré a ver; en estos tiempos de tanta tecnología e información, es muy difícil ir desinformado sobre lo que uno puede ir a presenciar en una sala de cine. Pero a veces (y digo a veces) es algo gratificante el ir para descubrir películas nuevas y que nos abren perspectivas sobre nuestro entorno.
Y puedo estar bastante seguro que “De caballos y hombres” causó un desconcierto entre los asistentes de su función.
La película es el primer trabajo de Benedikt Erlingsson; La película nos narra la vida de una comunidad de Islandia, una comunidad completamente alejada de lo que conocemos como tecnología y donde el paisaje natural es más común que encontrar casas por la región. La película muestra la relación de los caballos con los habitantes de la región, estos animales se han vuelto una parte importante para estas personas, al grado de que son indispensables….incluso más convenientes que un automóvil.
Parecería una película destinada a ser material para un documental, pero tiene una particularidad. En medio de esta relación, vemos el inicio de cada historia a través del reflejo que se muestra en el ojo de un caballo, dando paso a una historia donde las fatalidades y las tensiones son pan de cada día.
Esto se ve reflejado tanto en caballos como en animales. La primera historia muestra a un habitante muy feliz con su hermosa yegua, la cual es inexperta al trotar, lo hace con una torpeza mientras los demás vecinos (vecinos de 4 kilómetros aparentemente) espían con binoculares el galopar de este sujeto. es invitado a la casa de una mujer que desde el momento que aparece, sentimos una fuerte tensión sexual hacia su vecino, tensión que también es reflejada en su caballo, un semental de color negro que, al sentir la presencia de la hembra, se retuerce de instintos y trata de acercarse.
Todo esto sucede con un ritmo muy bien logrado, las tomas son rápidas y muestran la belleza y soledad de Islandia, muy bien logrado el trabajo de muestra un lugar lleno de nubes, aguas calmas y uno ambiente apacible que choca mucho con las tensiones que surgen durante la película.
Sea un deseo sexual, la envidia de los vecinos, el alcoholismo, la ineptitud de un extranjero, o la necedad….siempre hay caballos en la vida de estos personajes, son la causa y/o solución de sus conflictos, animales que caen como moscas.
Sucede mucho en una película donde no hay mucho diálogo, y todo aderezado de un humor negro latente, hay que notar que Benedikt es guionista de su ópera prima. Y en su trabajo, uno no puede dejar de pensar en lo estúpidos que suelen ser los humanos de la película, causando tantos estragos entre sus allegados , nunca pensando en las consecuencias de sus actos.
Es una película bien lograda, quizás no sea para todo mundo…pero si estás dispuesto a atraparte con el poderío visual de la obra, encontrarás también un discurso bastante interesante, que narra la vida y muerte de un lugar desconocido y donde más que palabras, el mensaje aparece en el caballo y su dueño, siempre con un tono poético.
PD: las refencias a “El Imperio contraataca”, siempre son bien recibidas.