El Estado Islámico se atribuyó este jueves el ataque perpetrado en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, donde al menos 73 personas murieron, entre ellas 60 civiles afganos y 13 militares de Estados Unidos. Más de 150 personas resultaron lesionadas, entre ellas 15 soldados estadounidenses.

Dos atacantes suicidas se hicieron estallar en medio de la multitud, que espera desde hace días abordar alguno de los vuelos de evacuación internacionales. Hombres armados abrieron fuego contra la multitud, que huyó despavorida en medio del caos desatado por las explosiones.

La filial local, conocida como Estado Islámico de Khorasán, en referencia al viejo nombre de la región, dijo que el objetivo del ataque era asesinar a soldados estadounidenses y sus aliados afganos. El comunicado incluía la foto de uno de los presuntos militantes que se inmolaron, que posa con un cinturón de explosivos frente a la bandera negra del grupo radical. El mensaje no menciona al segundo suicida ni a los atacantes armados.

El Estado Islámico dijo que el atacante pasó sin mayores dificultades los controles de seguridad talibanes y también los de Estados Unidos, pudiendo llegar hasta solo 5 metros de distancia de un grupo de soldados estadounidenses, traductores y colaboradores, donde hizo detonar sus explosivos. Entre las víctimas hay también milicianos talibanes, asegura el Estado Islámico.

Los radicales consideran traidores a los talibanes, por haber negociado un acuerdo de paz con Estados Unidos. El comunicado fue divulgado por la agencia del EI, Amaq, a través de su canal de Telegram. El presidente de Estados Unidos Joe Biden prometió buscar a los responsables del ataque para que paguen por lo que hicieron.